martes, 23 de junio de 2009

Benditos Williams.

Era una bendición estar vivo en ese amanecer,
pero ser joven era el mismísimo paraíso.


Wordsworth, 1770-1850, acerca de la Revolución Francesa.


Nunca se me había ocurrido calcular la edad que William Wordsworth tenía cuando se le pasara por la cabeza escribir estos magníficos versos, y resulta que una se pone a contar y descubre, no sin cierto amargor, que el tío tenía 19 escasos años, lo que resulta más curioso porque esa es mi edad.


Y una cosa lleva a la otra, sin entrar el terreno del talento literario, y es, imagínense señores (siempre he querido utilizar esta persona como si escribiese artículos) haber vivido algo así. Es decir, no es cualquier cosa, es que es LA REVOLUCIÓN FRANCESA y una se siente terriblemente pequeña e insignificante cuando piensa: " veamos, exactamente con mi edad, qué hacía Wordsworth..."

Muy fácil es la respuesta, daba gracias por estar vivo en ese amanecer, pero es que encima era joven, y él ahora está más que muerto y comido por los gusanos, pero una vez estuvo en el mismísimo paraíso.


Y yo solo puedo morirme de envidia, porque tengo 19 años y mi vida no es así, y no voy a vivir una Revolución, ni sentirme en el mismísimo paraíso. Por lo menos si doy gracias por estar viva, aunque sea en 2009, que acaba en el mismo número, por cierto.