Bailar la danza del alma, y no la del ego, como dijo una persona el domingo pasado, un día que aprendí muchas lecciones de grandes mujeres.
Y ojalá pueda estar bailando toda la vida. Y de regalo, este video, que es una preciosidad, un maravilla, una reliquia.
martes, 31 de mayo de 2011
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Me da un poco de mal royete el video... será la música y el sonido a viejuno.
ResponderEliminarPero mola la escena de los pies debajo de la mesa, que uno no puede dejar de marcar el ritmo ni estando sentado.
Saludos Julieta, a ver si con la excusa de tu cinturón nos vemos.