lunes, 11 de mayo de 2009

Confieso.

Cuando te conocí era el amor en los tiempos de la peste porcina, y no doblaban las campanas, sino que cambiaban los números de mi reloj digital. Me llamabas tía y eras escribidor, la crónica de nuestra pasión ya estaba anunciada, y era tiempo más bien de guerra que de paz en una ciudad de perros.



Supe que siempre estaría loca por ti cuando me llamaste Sputnik, mi amor, Julieta, más bella que la propia Remedios, de boca amarga y labios rojos y duros, que arden.



Y que no temieran, fue lo último que supe de ti. En una lápida de Ginebra, y creéme que me cuesta seguir tu consejo, porque estoy muerta de miedo.

2 comentarios:

  1. labios rojos y duros, que arden. Mi Pedrito (L)

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  2. Porque me gusta mas lo modelos y la estructura de worpress.. tiene libre HTML y tal.. ya probe distintos blogs, y nada, me quedo con este. Aunque el tuyo está muy bien =)

    Cuando quieras te hago un enlace desde mi blog.

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JODER